viernes, 28 de noviembre de 2014

5 COSAS QUE NO PUEDEN SER ENSEÑADAS Y QUE NECESITAN SER APRENDIDAS

“La educación ha producido muchos individuos capaces de leer pero muy pocos capaces de decidir qué merece la pena leer” G. M. Trevelyan 
Por más que queramos, por más que busquemos la manera de tratar de inculcar ciertas lecciones de vida, solo existe una manera de que determinados aprendizajes relevantes puedan ser aprendidos: necesitan ser vividos en primera persona. Y es que un aprendizaje significativo nace de la actitud por enfrentar de manera libre una situación difícil. Hay muchas lecciones que quisiéramos que nuestros hijos aprendieran antes de que sucedieran pero que, paradójicamente, no pueden ser aprendidas si no es viviéndolas como protagonistas. 

La labor de la educación reside en regalar generosamente las herramientas más adecuadas que preparen a las personas a gestionar por si solas y de la mejor manera posible estas situaciones. Y cada uno, con las herramientas que hemos ido incorporando gracias a personas que han sido importantes para cada uno, tenemos la responsabilidad de utilizar esas herramientas para seguir aprendiendo indefinidamente y para devolver a los siguientes lo que un día nos fue regalado. 
Que los errores son oportunidades para crecer y que aceptar las derrotas nos hace madurar psicológicamente. No solo es necesario sino que se convierte en un factor imprescindible. 
Que el dolor es inevitable pero que el sufrimiento es una decisión personal. No enfrentar lo que puede doler es absurdo por ser inevitable. Antes o después tendrás que hacerlo. Es mucho más inteligente prepararte para sufrir lo menos posible y aprender a gestionar el dolor que te provocan las situaciones difíciles de la vida. Pocas situaciones son dramáticas, la mayoría son difíciles. 
Que no es necesaria la aprobación de nadie para fortalecer la autoestima. 
Que buscamos la probación de otros cuando hemos sido educados en cumplir las expectativas de otros. Frases como “no me falles”, “hazme sentir orgulloso”, “no me decepciones” y tantas otras, hacen que terminemos generando comportamientos para satisfacer las necesidades de otras personas. 

Y las nuestras, ¿donde se quedan? Es preferible no fallarse a uno mismo, sentirse muy orgulloso de lo que uno va consiguiendo y cumplir con las expectativas que ponemos en nosotros mismos. Una queja sin una alternativa te hunde en el pozo del victimismo. La comodidad para esperar que otros nos den las soluciones nos incapacita a un ritmo vertiginoso. Un estudio realizado sobre adolescencia en España habla de cómo los adultos asignan dinero semanal a sus hijos sin vincular esa paga a ningún esfuerzo por parte de ellos. Multiplicas lo que gratificas. Si un niño aprende que no es necesario esforzarse para cubrir sus necesidades, ¿qué adulto obtendremos? 

Que tu vida depende de tu capacidad para aprender. Está científicamente demostrado que cualquier cerebro es capaz de aprender hasta que muere. Siendo esto así no podemos dejar pasar esta oportunidad. Y aprender no es otra cosa que pasar a la acción cuando algo da miedo. Si un nuevo aprendizaje no te provoca algo de miedo, es muy probable que no sea demasiado relevante. Reconocer en el miedo una oportunidad para enfrentar y afrontar lo desconocido es uno de los mayores aprendizajes que deben ser vividos. Decía Henry Ford que “solo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen: no formarlos y que se queden”.
https://alvaromerinojimenez.wordpress.com/2014/11/10/5-cosas-que-no-pueden-ser-ensenadas-y-que-necesitan-ser-aprendidas/

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